«Descubrí» esta película por casualidad una noche, paseando por Netflix para ver algo antes de dormir. Sin temor a equivocarme, puedo decir que es una verdadera joya. El talento de todos los que formaron parte de la producción es evidente de principio a fin: fotografía, dirección, actuación, iluminación, locaciones, guión… todos apostaron su 100% por esta película y la disfrutaron mucho. Eso se puede sentir en cada escena.
Héctor Bonilla es un maestro de la actuación sin ninguna duda y verlo encarnar a Don Servando Villegas es una delicia. ¡Apenas habían transcurrido unos minutos y yo estaba muerta de la risa! Eso es precisamente, una de las cosas que más me gustó de la película: el balance entre las situaciones divertidas y la profundidad del tema.
Si tuviera que elegir un adjetivo para definir a esta película, sería divertida. En verdad es muy divertida y ayuda mucho ver rostros conocidos y otros que no lo son, porque eso permite que uno se meta por completo en la historia que además de ser bonita y llena de personajes que están en todos lados, tiene un gran mensaje: la unión familiar.
No importa si es el siglo XXI y todos somos libres e independientes. El amor por la familia, la unión, la tolerancia y el respeto son valores que van a prevalecer a través del tiempo.
¿Algo más? Sí, el soundtrack es espectacular!! Haber vuelto a escuchar a Benny en esta canción fue un regalo maravilloso.
Absolutamente recomendable para pasar un rato sin mayor expectativa que divertirse un poco.