Ayúdate a ti mismo.

Imagen: Pixabay

Quizá lo que vas a leer no te guste, quizá creas que tú eres quien siempre tiene la razón y si es así, entonces no hay forma de ayudarte…

Cualquiera que sea tu ocupación o tu profesión, todos tenemos puntos de dolor similares -como le llamamos a las situaciones críticas cuando hacemos un diagnóstico en comunicación.-

Y esos puntos de dolor tienen que ver irónicamente con uno mismo.

¿Recuerdas esa vez que le dijiste a tu amiga que te ayudara a vender tus productos y que le dabas una comisión? ¿Recuerdas que te dejó muchos mensajes para que le dieras tus precios, el catálogo o te pusieras en contacto con su grupo de lectura y no tuviste tiempo porque estabas muy ocupad@? Bueno, pues ahí no solamente la perdiste a ella como comisionista, también perdiste a vari@s clientes potenciales y de paso, casi nada, tu credibilidad.

¿Y esa vez que dijiste que estabas buscando trabajo y tu amig@ te pidió tu CV actualizado o que llamaras a su tío pero no tuviste tiempo?

¿Y qué tal cuando te pasaron una lista de contactos para que les enviaras un mail con tu presentación pero tuviste mil cosas en la cabeza y se te pasó? Misma historia.

Cada vez que uno de mis clientes me dice que la gente no presta atención a sus solicitudes, me aseguro de revisar cómo funciona la comunicación en ambos sentidos, particularmente de él hacia afuera. Porque es ahí, donde nos atascamos.

Cuando mi abuelita me decía «El diablo está en los detalles» no me quedaba claro, hasta que empecé a ver en la universidad, el campo profesional como un todo. Es muy sencillo:

Contesta los correos que requieren respuesta y/o por lo menos indica que lo recibiste y lo leerás después con detenimiento.

Llama al contacto que te pasaron para que te conozca y vendas tus productos.

Envía tu CV actualizado a la amiga a la que le dijiste que buscas trabajo.

Devuelve la llamada perdida que acabas de ver.

Contesta tus mensajes y no dejes a las personas en visto.

Conéctate a la hora que dijiste que lo harías.

Entrega el reporte en el día y a la hora en las que te comprometiste.

TODOS. Absolutamente todos estamos ocupados. ¡Siempre tenemos algo que hacer! Pero cuando respondes, cuando cumples con lo que dijiste que harías, generas algo que es fuerte como el titanio: credibilidad.

Y créeme, eso no se compra con nada. No hay forma. Se gana paso a paso porque se desarrolla con el tiempo.

Ayúdate a ti mismo. Cumple con tu palabra en el contexto que sea. Demuestra las cosas con hechos y deja de decir miles de veces que lo harás, solo cumple, ¡solo hazlo! y te aseguro, que la percepción de los demás sobre tu desempeño profesional irá cambiando para bien.

Sí, «El diablo está en los detalles» Así que ocúpate de hacer bien tu trabajo, de poner atención en lo que te parece poco relevante y encontrarás que en ese pequeño detalle, es donde muchas veces radica la diferencia.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad

lia@sumoftalents.com

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