Claridad antes que ejecución.

Imagen: Pixabay

Trabajar es mágico.

Independientemente de la satisfacción económica que nos brinda, ser responsables de la actividad que desempeñamos -sea cual sea- nos hace sentir bien, nos recuerda de lo que somos capaces y nos ayuda a pensar en lo que queremos hacer.

Y si por alguna razón lo que estás haciendo no te gusta, es muy útil saberlo, porque cuando sabes lo que no quieres, tienes mucho más claro lo que quieres. ¡Piénsalo!

Así que estamos en el arranque del día, se perfilan las primeras juntas y aunque no siempre y no en todos los casos, algunas veces empieza el caos.

¿Te has preguntado si a todos tus equipos de trabajo les queda claro lo que hay que hacer y para qué es?

Si la respuesta es sí, ya te brincaste el espacio del caos.

Si la respuesta es no, es buen momento de ponerle atención a tus equipos.

La mayoría asume que «decir lo que hay que hacer» cuando se repasan los pendientes del día, es suficiente. Nope, no es así.

Tus equipos necesitan por lo menos 15 minutos libres de interrupciones para coordinarse entre ellos, aclarar dudas y que los Head of de cada área puedan estar ahí, con ellos, viendo la planeación -literal- de las siguientes horas de trabajo.

De esta reunión depende la productividad del día, el nivel de calidad de las soluciones que den a lo que se presente y el desempeño del equipo.

Esos 15 minutos -al menos y máximo 30 – son su mapa de acción.

Claridad antes que ejecución.

Porque si no está claro el mapa del día, los por qué y los para qué, la resolución de dudas y las opciones que tienen, es como mandarlos a la carretera sin GPS.

Se van a detener cada tanto para pedir indicaciones, se van a frustrar y a desesperar, la calidad de la ejecución será menor a su capacidad y todo por no haber tenido tiempo de hacer team back para alinearse.

Si tienes claro el qué, el cómo, el cuándo, el dónde, el por qué y el para qué, el siguiente paso natural y completamente smooth es la ejecución.

Si no tienes claro nada de lo anterior y saltas a la ejecución, seguramente te vas a detener constantemente a pedir indicaciones.

Así que ya sea que formes parte de un team o que seas Team Leader, sugiero que evalúes el nivel de claridad que hay antes de que tú y tu equipo se lancen a la ejecución.

Ser Agile, es mucho más que una metodología, créeme.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad

La importancia

De la actualización.

Cuando llevamos mucho tiempo desempeñando el mismo trabajo, se nos olvida que todo es mejorable, que siempre hay alguien que encuentra nuevas estrategias o caminos menos transitados para obtener los resultados que se buscan.

Esta nueva visión, puede llevar a los equipos de trabajo -y por ende a las empresas- a superar sus expectativas de productividad y desarrollo. Evolucionar desde dentro y fortalecerse mucho más de lo que imaginan.

Por eso es tan importante que le demos una oportunidad a la actualización personal y profesional, porque esto redundará en los sistemas de trabajo. Cuando escuchamos a los individuos con visiones distintas a las institucionales y evaluamos la posibilidad de adoptar y adaptar algunas de esas ideas, estamos cambiando.

Para muchos, el cambio asusta. Representa un retraso en el sistema, una pérdida de tiempo al tratar de «arreglar» algo que hasta ahora ha funcionado bien.

Para otros, es una oportunidad de encontrar nuevos caminos, de generar más en menos tiempo, de aprovechar más los recursos humanos y materiales y que todos los involucrados se sientan mejor -y se redescubran- en el proceso.

Para mí, la actualización es un juego de Ganar-Ganar todo el tiempo.

Refresca mi visión de las cosas, me abre nuevas posibilidades de acción, me acerca a personas que me ayudan a crecer personal y profesionalmente y sobre todo: Me reta a mí misma.

Exige que me sacuda las ideas ancladas con las que he trabajado durante cierto cierto tiempo y me mantiene en forma mentalmente.

La única constante en la vida es el cambio y hay dos caminos claros frente a nosotros:

Actualizarnos o quedarnos varados en el camino.

Y tú, ¿cómo ves tu futuro a corto y mediano plazo?

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