Agile no es algo «que haces,»​ es en lo que te conviertes.

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Aprender, practicar y enseñar metodologías ágiles es una de las cosas más divertidas, emocionantes y apasionantes que hago.

En SCRUM y KANBAN encontré las estructuras ideales para coordinar y dar seguimiento a LO QUE SEA y fluir en los procesos sin angustias ni sufrimientos. Una vez que aprendes agile, va más allá de la parte profesional. Permea en tu vida personal, porque es fácil y te ayuda desde la raíz -desde tu sistema de pensamiento- a abordar las situaciones de forma distinta.

Y cuando eres freelance y te ocupas de cinco a seis proyectos de forma simultánea, de verdad necesitas herramientas y un nuevo mindset, que te ayuden a estar al día con todo, a avanzar en todo y a entregar en tiempo y forma.

Me encantaría decir que en la escuela -al nivel que sea- aprendes a «organizarte» pero no es así y la vida profesional no es tan diferente que digamos…

Te llenan de tarea desde las 7:00am / 8:00am, te dicen que tienes que hacerlo todo para el día siguiente y la lista de tareas se acumula hasta que sales de clases. Comes agotado y «apenas empieza» la tarde para hacer tareas. El volumen de trabajo depende del nivel escolar y sin embargo, mis recuerdos de pequeña son de mucha tarea todos los días, como si MÁS tarea se igualara a MEJOR aprendizaje, pero eso no es cierto. Lo sé como alumna que fui y como ex docente universitaria.

Así es el sistema. Ok. ¡Pero no es el único sistema!

Cuando descubres que un proyecto puede «realizarse» en distintas entregas y que puedes manejar los tiempos a tu antojo para llevarlo a cabo de acuerdo al deadline con el mínimo de correcciones, es magia pura. Eso te da oportunidad de darle seguimiento de la misma manera a los otros proyectos que tienes.

Cuando descubres que el trabajo en equipo DE VERDAD PUEDE SER TRABAJO EN EQUIPO, que el seguimiento de cada uno de los involucrados puede ser automático, en tiempo real y que sin necesidad de que algo salga mal puedes detectar que el proyecto va retrasado en cierto punto, ya es una gran ventaja. Pero si además puedes entrar al quite para resolverlo antes de que sea demasiado tarde, desbloquear lo que estaba retrasando el proyecto y dejar que el trabajo siga su curso, es de verdad maravilloso.

¿Hay algo mejor? Siempre te sientes tranquil@ y segur@ de que todos los proyectos están al día y ves con claridad cómo van avanzando.

Así que el drama se queda en el pasado. Comes a tiempo, terminas de trabajar a tu hora y tus fines de semana son para descansar. Eres agile!! Y tienes una buena calidad de vida.

Lo digo y lo sostengo: Agile no es algo «que haces,» es en lo que te conviertes.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad

Claridad antes que ejecución.

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Trabajar es mágico.

Independientemente de la satisfacción económica que nos brinda, ser responsables de la actividad que desempeñamos -sea cual sea- nos hace sentir bien, nos recuerda de lo que somos capaces y nos ayuda a pensar en lo que queremos hacer.

Y si por alguna razón lo que estás haciendo no te gusta, es muy útil saberlo, porque cuando sabes lo que no quieres, tienes mucho más claro lo que quieres. ¡Piénsalo!

Así que estamos en el arranque del día, se perfilan las primeras juntas y aunque no siempre y no en todos los casos, algunas veces empieza el caos.

¿Te has preguntado si a todos tus equipos de trabajo les queda claro lo que hay que hacer y para qué es?

Si la respuesta es sí, ya te brincaste el espacio del caos.

Si la respuesta es no, es buen momento de ponerle atención a tus equipos.

La mayoría asume que «decir lo que hay que hacer» cuando se repasan los pendientes del día, es suficiente. Nope, no es así.

Tus equipos necesitan por lo menos 15 minutos libres de interrupciones para coordinarse entre ellos, aclarar dudas y que los Head of de cada área puedan estar ahí, con ellos, viendo la planeación -literal- de las siguientes horas de trabajo.

De esta reunión depende la productividad del día, el nivel de calidad de las soluciones que den a lo que se presente y el desempeño del equipo.

Esos 15 minutos -al menos y máximo 30 – son su mapa de acción.

Claridad antes que ejecución.

Porque si no está claro el mapa del día, los por qué y los para qué, la resolución de dudas y las opciones que tienen, es como mandarlos a la carretera sin GPS.

Se van a detener cada tanto para pedir indicaciones, se van a frustrar y a desesperar, la calidad de la ejecución será menor a su capacidad y todo por no haber tenido tiempo de hacer team back para alinearse.

Si tienes claro el qué, el cómo, el cuándo, el dónde, el por qué y el para qué, el siguiente paso natural y completamente smooth es la ejecución.

Si no tienes claro nada de lo anterior y saltas a la ejecución, seguramente te vas a detener constantemente a pedir indicaciones.

Así que ya sea que formes parte de un team o que seas Team Leader, sugiero que evalúes el nivel de claridad que hay antes de que tú y tu equipo se lancen a la ejecución.

Ser Agile, es mucho más que una metodología, créeme.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad

Becoming Agile.

Un paso a la vez.

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¿Alguna vez te has preguntado cómo aprendiste a organizarte?

Me refiero a establecer prioridades, a generar códigos de colores o numéricos que te sirvieran de guía, a diseñar horarios o herramientas que te ayudaran a ser más productivo.

¿Recuerdas si alguien te enseñó a hacerlo? O simplemente “fuiste aprendiendo cosas ” en la escuela y después en cada trabajo.

Tal vez sí tuviste un guía en este proceso, especialmente durante los años de educación básica y de secundaria, porque en los años que siguen, a veces ya hacemos las cosas de manera automática.

O quizá no tuviste un guía y solo fuiste siguiendo la corriente y haciendo lo que los demás hacían.

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Ambos escenarios son normales, como también es normal que haya personas a las que “no se les da” la organización y habemos quienes amamos crear sistemas y estructuras que nos ayuden a ello.

Haciendo una analogía, creo que los que amamos crear sistemas y estructuras podríamos ser “los arquitectos de la organización.”

Lo cierto es que en términos generales nadie nos enseña a organizarnos para hacer mejor nuestro trabajo y sin embargo habemos quienes podemos brindar asesoría de alineación Agile para lograr ese objetivo.

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La mayoría de mis clientes son verdaderamente excelentes en lo que hacen y sus negocios y empresas son muy rentables, hay utilidades reportadas de forma constante y también una sensación permanente de tensión porque “hay mucho por hacer y no saben cómo organizar a sus equipos para que sean más productivos.”

De nuevo esta palabra: Productividad…

El punto es, que considero necesario, importante y urgente MODIFICAR el concepto de productividad que hemos venido aplicando desde de hace tres siglos, con la revolución industrial.

El objetivo de ese momento era “producir más,” aprovechar las innovaciones que se estaban dando y hacer “más“ con el avance industrializado y mecanizado. 

En cuanto al tema de las ocho horas laborales… bueno ese es sin duda, material de un siguiente post.

¿Te das cuenta que estamos en el siglo XXI y el estándar de productividad sigue siendo el mismo? “Hacer más.”

Esa es la constante en las solicitudes de mis clientes cuando tenemos un 1st approach: Que sus equipos sean más productivos, es decir, que hagan más.

Así que cuando empezamos a trabajar y pregunto:

¿A qué te refieres con más? Las respuestas varían, van desde: “Que se organicen mejor para que hagan más cosas en el día”

“Que saquen más pendientes en menos tiempo”

“Que terminen más rápido su trabajo”

“Que hayan más ventas, clientes, etc.”

“Que hagan más”

Sin embargo, una vez que comenzamos la alineación de Agile con los team leaders, los directores, coordinadores o cabezas de grupo y vamos trabajando en los conceptos, ese “más” empieza a cambiar por “mejor.” 

En el proceso, también descubren que lo que no pasa en la cancha de juego es en gran parte, porque no hay claridad en la planeación de las tareas y en la transmisión de las mismas por parte de ellos. Así que la alineación empieza a tener forma y dar dirección.

Y cuando trabajo con los equipos en la alineación y en el proceso van descubriendo que el tema cuantitativo es igual de importante que el cualitativo, empezamos a encontrar el balance necesario para todos los colaboradores. No importa el lugar que ocupen en la organización. Se están alineando bajo los mismos códigos y se nota y se siente.

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Agile está conformado por varias metodologías, así que la elección de la más adecuada o recomendable depende del diagnóstico que se haga.

Ya sea SCRUM Marketing, KANBAN o SCRUMBAN, bien aplicada y con el conocimiento necesario del contexto y las necesidades de la organización, brindará resultados satisfactorios en todos los niveles de la organización, ayudará a mejorar la productividad y al mismo tiempo, le dará balance todos los colaboradores.

El bienestar es una de las cosas que más me interesan a nivel personal y por ello comencé a alinear equipos con Agile, para darles herramientas que los ayuden a auto organizarse, a ser autosuficientes e independientes.

En un mundo como el de hoy, donde el objetivo es el balance en el desarrollo del individuo, es importante ser conscientes de que la parte cualitativa y la cualitativa son igual de valiosos en el día a día.

Si quieres saber cómo empezar a ser Agile, estoy a tus órdenes.

LVM / asesora de alineación para mejorar la productividad

La estrategia detrás del desempeño.

¿Y tú, cómo trabajas?

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Cuando le pregunto esto a mis clientes ya sea durante la primera asesoría o en un punto clave del workshop, normalmente se sorprenden y las respuestas son de este tipo:

Hago todo lo que me piden.

Pues solo trabajo, me dicen los pendientes que tengo que hacer y ya.

Escribo una lista de todo lo que tengo que hacer cada mañana y en la tarde voy tachando lo que ya hice y anoto todo lo nuevo. Normalmente tengo que reescribirlo en una nueva lista porque luego ni yo me entiendo.

Empiezo con lo que dejé el día anterior y veo qué más me va cayendo en el día.

El 90% de nuestros colaboradores, equipos de trabajo, socios y aliados trabaja así. Llega cada mañana a terminar lo del día anterior y descubrir lo que el día le depara para darse cuenta alrededor de las 6:00pm que hizo TODO menos lo que tenía en su lista marcado como importante o necesario. Así que se queda dos o tres horas extra trabajando «en paz» cuando ya todos se han ido -o se han desconectado- para poder dedicarse tranquilamente a hacer lo que tenía que haber hecho al iniciar el día, cuando estaba fresc@ y descansad@ ¿Te suena familiar?

Sin embargo, hay otras alternativas para que tu día sea más tranquilo sin importar el puesto que tengas y sí, tiene que ver con metodologías ágiles, porque funcionan, porque te aligeran el día, porque te dan el orden y la estructura que no te da la universidad ni el trabajo a menos que tu organización apueste todo por ser Agile.

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Intenta esto: 

1.Elige tres tareas de tu interminable lista de pendientes.

2. Evalúa el tamaño de cada tarea (chica, mediana o grande)

3. Asigna un bloque de tiempo específico para cada tarea de acuerdo al tamaño de esta (10 minutos, media hora o una hora por ejemplo)

4. Registra estos tres bloques de tiempo para esas tareas en tu agenda del día y enfócate en ellas.

Hazlo todos los días durante una semana las veces que puedas – porque sé de sobra que a veces el ritmo frenético que te rodea te va a rebasar, no importa- y me cuentas cómo te sientes, qué diferencia encuentras aplicando esto y sobre todo: qué descubriste de ti mism@ 😉

Así de simple y de sencillo: Estás empezando un nuevo camino y créeme, es mucho más fácil de lo que te imaginas.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad

¡Hoy es un nuevo inicio!

Bienvenido 2024

Estamos empezando un nuevo conteo, un nuevo cliclo con 365 días cada uno con 24 horas y en los primeros segundos de este nuevo 1 de enero 2024 brindamos, celebramos y nos llenamos de gozo y esperanza, deseando que venga lo mejor.

Sí, es el calendario el que marca este nuevo ciclo y social y culturalmente nos regimos por ello, así que celebrarlo y disfrutar las festividades es grandioso. Son días de alegría, planes, emoción y esperanza.

Sin embargo, me parece que lo importante no es del todo la emoción del primer minuto o día del año, es lo que sigue.

Desde otra perspectiva, cada día es un nuevo inicio y es -o puede ser- igual de mágico, emocionante, alegre y lleno de planes y esperanza. Considero que es más un tema de actitud que de calendario.

Cuando abrazas cada día como una nueva oportunidad, lo que diga el calendario es lo de menos. ¡Eres tú y solamente tú quien decide y elige lo que quieres para ti!

Alguien, alguna vez, al desearme un feliz año nuevo, agregó: «Que no es más que otro año lleno de lo mismo.»

Cuando esa es la expectativa, ni siquiera lo que dice el calendario importa.

Abrazar cada día como una nueva oportunidad va mucho más allá de un cliché. Para mí, es reflexionar y planificar en las primeras dos horas de mi día lo que quiero hacer en mi trabajo, cómo voy a distribuir mi tiempo y en qué me voy a ocupar. Es mapear todas las posibilidades que las siguientes horas me ofrecen.

Ahí es donde entra la parte de ser agile desde que empieza el día: Eliges, estableces prioridades y ejecutas. Un paso a la vez, una tarea a la vez y un día a la vez.

La agilidad y el mindfulness van tomados de la mano todo el tiempo. Para ser ágil, necesitas estar plenamente consciente de lo que estás haciendo y cuando estás plenamente consciente de lo que estás haciendo, eres ágil.

Entonces, los nuevos inicios son cada día, en cada bloque de tiempo, en cada proyecto. Todo es nuevo, importante, lleno de desafíos y de aprendizaje. Cada noche te vas a la cama satisfecho por lo que hiciste hoy, por tus logros y avances de hoy y te duermes con la sonrisa de la ilusión de todo lo que te espera el día de mañana porque eres tú y solamente tú quien elige, quien decide y quien diseña lo que quiere para sí mismo.

Sí, a veces estás parado en un lugar y un momento en el que no estás ni a gusto, ni cómodo y esa sensación es desagradable.

Y ese es el momento preciso, para tomar decisiones, para pensar qué necesitas, qué quieres hacer o dónde quieres estar y empezar a moverte, empezar a planear lo que quieres, a tomar decisiones para llegar a donde quieres estar.

Y para eso, no necesitas ni uvas, ni calendario, ni 12 campanadas. Solo querer hacerlo y empezar un paso a la vez.

Imagen: ST Becoming Agile

Que hoy, este nuevo inicio -cuando quiera que sea que leas esto- sea mágico y maravilloso, que esté lleno de crecimiento, amor, salud, alegría, abundancia y prosperidad. Que sean un gran año, un gran día, un gran minuto y una gran vida.

Todos tenemos cada día un nuevo inicio, que el tuyo sea tan espectacular como tú lo deseas.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad.

Recuperar el balance

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Algunas veces – más de las que uno quisiera – dejarnos llevar por la vorágine del día a día, por los pendientes, las urgencias y las necesidades de nuestros clientes o Team Leaders es una “tentación” a la que resulta muy sencillo sucumbir.

En un instante, literalmente sin darte cuenta, eres un manojo de estrés y presión. Todo urge, todo es importante, todo es necesario y aunque haces y haces cosas, pareciera que no haces nada, que no avanzas y que no vas a terminar nunca.

Sí, también me pasa. Afortunadamente cada vez menos, ¡pero me sigue sucediendo! Y eso que llevo ya algún tiempo siendo Agile.

Lo que me ayuda es la claridad de que para resolverlo solo necesito consciencia plena.

En el momento en el que me doy cuenta que estoy «en el rush,» automáticamente empieza a bajar la velocidad. Es un segundo eterno en el que me pregunto: ¿por qué estoy corriendo? Consciencia plena de ese momento. Segundos que se transforman en un par de minutos para respirar con calma y analizar mis prioridades para resolver lo que tengo entre manos. Tiempo suficiente para pensar con tranquilidad si la prisa «es mía» o la adquirí de «alguien más» y la respuesta habitual es que es de alguien más, normalmente de un cliente o un Team Leader en alguno de mis equipos que está rebasado y angustiado.

Me tomo 10 minutos. Ese es tiempo suficiente para respirar, revisar prioridades, ajustar bloques de tiempo y resolver lo que es Prioridad Uno / Tiempo máximo para resolverlo de dos horas.

Teniendo claro lo que es Prioridad Uno, mapeo de la Prioridad Dos a la Cinco lo que tengo entre manos y defino tiempos.

Listo. Balance recuperado.

La agenda está armada con bloques de tiempo para lo que hay que resolver por orden de impacto y urgencia. ¿Te das cuenta que no hablo de importancia? Exacto. Es un concepto engañoso, porque «todo es importante,» así que a mis equipos los enseño a medir por impacto y urgencia. Funciona mucho mejor.

Retomo mi ritmo, me ciño a mis tiempos y ejecuto. Respeto mis bloques de descanso y de comida. Respiro y mantengo la consciencia de que esto es parte de la agenda y de mis horas de trabajo. Forma parte del camino que estoy recorriendo y como dice uno de mis maestros espirituales: «El camino es el destino» así que lo disfruto y continúo. Hay mucho por hacer y por aprender y lo mejor, es que siempre hay tiempo para todo.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad.

La necesidad de una buena vida.

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No hay estrés «positivo,» no existe.

Así que ya puedes dejar de decirte esa mentira que te has dicho por años.

Lo que llamas estrés positivo es un boost de adrenalina que te hace ir de cero a cien, que te llena de «energía» y que te pone los nervios de punta, así que eres más receptivo a todo, reaccionas rápido y tus niveles de concentración casi son como superpoderes.

¿Sabes lo que te está pasando en realidad? Estás en modo alerta. Todo tu organismo está al borde de su capacidad, la adrenalina corre por tu sistema y por supuesto que estás más atento a todos los detalles y tus niveles de concentración son muy elevados. Tu cuerpo se siente amenazado y está reaccionando acorde a ello. Estás buscando sobrevivir en el más básico de los sentidos.

Cuando alguien en un equipo me dice que «trabaja mejor bajo presión» me queda claro que se ha habituado a ello y que sin darse cuenta, es adicto a las descargas de adrenalina porque así funciona mejor.

A corto plazo parece divertido y útil, de hecho, ¡parece muy útil! Ir de cero a cien en unos segundos y resolver en un dos por tres el bomberazo que se presentó, hace que uno parezca super poderoso. Funciona. De momento.

El punto es que el estrés se acumula en el organismo, que esas descargas de adrenalina te dejan completamente exhausto y que para nivelar, es muy probable que consumas más cafeína de la que te puedes imaginar «porque sin café no eres tú, no funcionas.»

A mediano y largo plazo es donde viene el golpe: enfermedades estomacales como colitis nerviosa, gastritis o úlcera. El sistema nervioso colapsa con cualquier cosa y te vuelves intolerante a todo y a todos, porque ya no puedes más. Dolores de cabeza, cansancio extremo… Burnout. Estás quemado por completo, física, mental y emocionalmente. Así que tu trabajo ya no es tan emocionante, ya no disfrutas lo que antes te apasionaba.

Si tuviéramos claro desde que empieza el día, cuál es la prioridad, todo sería distinto: Una buena vida. Esa es la prioridad.

Hacer tu trabajo con gusto, saber que eres capaz de resolver lo que se presente y que todo es importante en su justa medida.

Comer a tus horas, descansar, disfrutar media hora de siesta y pasar un rato con la familia o la pareja son momentos invaluables que te fortalecen y que hacen que disfrutes más lo que haces.

Por eso disfruto ser Agile y ayudar a los equipos a ser Agile. Porque en el proceso de alineación, descubres cómo establecer prioridades, cómo trabajar mejor -no más- y paso a paso te vas dando cuenta de lo que en verdad importa: Tú, tu vida.

El wellness de los equipos y de las personas es lo que me mueve, porque sé exactamente lo que significa vivir en lado del estrés y colapsar. Ya estuve ahí y es muy complicado.

Así que dime: ¿Cuáles son tus prioridades en la vida? ¿Hace cuánto que no las revisas o las replanteas?

Hoy es un buen día para empezar.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad.

Responsabilidad.

La capacidad de responder.

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De acuerdo con la RAE la responsabilidad es la capacidad en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

Ahora, cuando llevo esto al escenario con mis clientes de Agile y empezamos a trabajar en las responsabilidades de sus colaboradores, les sorprende darse cuenta que a veces son ellos, como directores, team leaders o coordinadores, los que juegan el rol de «obstáculo» para que el equipo asuma sus responsabilidades.

Tu equipo -que cabe mencionar está contigo porque ya pasó los filtros necesarios para determinar si tiene el perfil y la capacidad para formar parte de la organización- tiene la capacidad de responder. El punto es que NECESITAS dejar que lo haga.

Asignar tareas o proyectos forma parte del día a día, de acuerdo. Y cada solicitud tiene fechas de entrega muy precisas en la mayoría de los casos, también de acuerdo, así que entonces el siguiente paso es confiar en la capacidad de responder de tu equipo.

Porque asumo que todos están en la misma frecuencia y tienen la misma agenda ¿cierto?, así que es obvio que ellos saben sus tareas y las fechas de entrega. Entonces, ¿qué te parece si dejas que se organicen de la mejor manera para ellos y permites que te demuestren de lo que son capaces?

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La mayoría de las veces, mis clientes se sorprenden de lo que su equipo es capaz de hacer cuando confían en ellos: Abrazan las tareas y la responsabilidad de una manera impresionante y lo que normalmente escuchamos como «se pusieron la camiseta» no es otra cosa que la respuesta a la confianza depositada en ellos por parte de los directores, coordinadores o team leaders.

Si le asignas una tarea o un proyecto a alguien y lo haces responsable de ello, es porque confías en su capacidad de responder.

Y si te asignan una tarea o un proyecto, ¡es porque confían en tu capacidad de responder!

Así que este es un buen principio para ambas partes para demostrar la confianza y la capacidad de responder ¿no te parece?

Y si lo que te preocupa la visibilidad de los avances del proyecto o quieres saber en tiempo real en qué está cada uno de los integrantes de tu equipo, eso tiene solución. Déjame ayudarte a encontrar la metodología ágil ideal para ti, para tu organización y tus equipos de trabajo.

LVM / Asesora de alineación para mejorar la productividad.