Para todos los team leaders…

Reflexiones

En medio de la pandemia COVID-19.

Me resulta imposible no hacer un resumen de lo vivido hasta el momento, para tener de dónde partir.

Trato de ubicar en mi memoria el momento exacto en el que las noticias sobre este virus empezaron a fluir y no lo encuentro.

Es decir, igual que todos los seres humanos, mis recuerdos de esto, empiezan a partir del momento en que la situación -por una o por otra razón- me impacta directamente.

Eso es normal. Nuestra memoria se va anclando en las situaciones que nos resultan relevantes, aunque almacenemos en segundo plano el resto de la información.

El punto es que para mí, todo esto comienza en la semana del 9 de marzo, con warnings por parte de mi jefe en la universidad respecto a que era probable que tuviéramos que migrar a clases en línea un par de semanas antes de las vacaciones obligadas. Así que la planeación empezó a todo vapor y justo a tiempo, porque ni siquiera regresamos a salón de clases después del puente del 16 de marzo. Era obvio, dadas las circunstancias y sin embargo, uno aprende con los años que siempre tienes que estar preparado para todo.

Esos flashes de ajuste previos a la semana del 16 me motivaron a empezar paralela la planeación con el team leader de la agencia en la que soy marketing scrum master. El mismo 16 de marzo, mientras él estaba de regreso del puente por carretera, empezamos a hacer ajustes y en la noche revisamos el plan de trabajo.

Ya no salí de casa. El martes 17 mi junta con los teams de la agencia ya fue virtual y ellos fueron apenas un par de horas a la agencia por lo que necesitaban para trabajar vía remota.

Esa primera semana fue muy intensa. No paramos de trabajar un minuto!! E incluso muchos comimos rápido para volver a conectarnos. Pienso que en parte, era la novedad de la situación y la facilidad de la conexión, pero si profundizo, ahora pienso que también nos movió un poco el miedo. El cambio fue brusco, una innovación total y cada uno sabíamos que teníamos que reaccionar de acuerdo a lo que se esperaba de nosotros a nivel profesional. Evidentemente en términos personales, también nos exigimos mucho.

Sin embargo al hacer el review de nuestra primera semana haciendo home office, las recomendaciones que le hice a los teams fueron:

Disciplina. Marcar tiempos específicos para trabajar, para comer y para desconectar.

Nuestro ecosistema había cambiado ya por completo para ese momento y a partir de ello, necesitamos mantener un equilibrio físico y mental. Podernos conectar, no significa tener que hacerlo.

Así llegamos a la semana dos. Viendo nuevas noticias de salud cada día, algunas poco alentadoras y otras optimistas. El trabajo ha cambiado de escenario y sin embargo seguimos en un ritmo muy productivo.

Las lecciones que rescato de mis círculos cercanos son -supongo- muy similares al resto del mundo:

Hemos aprendido a parar cuando es necesario.

Hemos regresado a lo esencial, a lo verdaderamente importante: al amor, a la fraternidad, a la cooperación. Nada de poses, nada de superficialidades.

Hemos hecho conciencia que lo único que en verdad necesitamos es salud. El resto, se consigue paso a paso.

Le estamos dando el verdadero valor a la tecnología. Es una herramienta maravillosa que nos permite continuar de la mejor manera con nuestra cotidianidad. Pero no se compara en absoluto con el poder -y la necesidad- de un abrazo. El contacto humano es parte vital de nuestra supervivencia, aunque temporalmente debamos evitarlo.

Esta cuarentena nos ha permitido establecer prioridades. Para todos son distintas, pero igual las estamos dejando claras.

Este cambio nos ha obligado como humanidad a hacer un switch de pensamiento: quienes no habían querido actualizarse en términos tecnológicos, se han visto obligados a hacerlo, quienes estaban posponiendo dar el salto a abrirle la puerta a la educación en línea, han tenido que hacerlo, quienes habían pospuesto esa charla consigo mismos por falta de tiempo, ya se han puesto al día, quienes pensaban que todo lo digital era lo único valioso, han descubierto que la vida real es offline…

Esta pandemia es una lección enorme para todos. Cada uno tenemos muchas cosas que aprender, otras que reforzar y muchas más que poner en práctica todos los días.

En términos de salud e investigación, desconozco cuándo y cómo vaya a terminar este capítulo y sin embargo no deja de asombrarme que en pleno siglo XXI con todo lo que sabemos, nadie haya descubierto todavía una vacuna…

En términos espirituales, estoy convencida que la lección será tan extensa como sea necesario para la humanidad.

Somos muchos estudiantes en todo el planeta y mientras cada uno no haga sus propias reflexiones y descubra sus áreas de oportunidad para cambiar y mejorar, será necesario que sigamos encerrados en este salón de clases: COVID-19.

Educación, responsabilidad y sentido común.

Claves de la supervivencia.

Estamos viviendo momentos importantes como género humano. Nos estamos enfrentando al desgaste que le hemos provocado a la flora y a la fauna por cientos de años, al desgaste emocional por ritmos de trabajo muy similares a la época de la esclavitud, pero ahora en lugar de grilletes nos agota la hiperconectividad y recientemente se ha sumado el COVID-19.

He visto interactuar a tres generaciones diferentes con este tema del COVID-19 y todas coinciden en estos puntos: educación, responsabilidad y sentido común.

Nada de pánico, nada de locuras por temores infundados, nada de exageraciones. Estos pilares son los que verdaderamente nos pueden ayudar a pasar mejor esta prueba autoimpuesta como género humano.

Lavarse las manos constantemente es una regla básica de higiene antes de comer y antes y después de ir al baño. Por precaución, porque nunca sabes lo que has tocado y te puedes enfermar. ¡Eso lo aprendes desde pequeño! Así que sumar unos minutos más de lavado de manos no debería ser un problema. Claro, a menos que no sea una práctica regular que lleves a cabo.

Cubrirte la boca al estornudar o toser es otra regla básica de educación. Hacerlo en la parte interior del brazo es una cuestión de responsabilidad y eso también se aprende.

Si estás enfermo de gripa (olvidemos por un momento el COVID-19) lo responsable es no ir al trabajo o a la escuela. De hecho también es un tema de sentido común, porque puede derivar en algo peor o puedes contagiar a tus compañeros. Pocas personas tienen esa conciencia y ese nivel de responsabilidad. Piensan en ellos, en que si no van, los van a regañar, les van a descontar, a poner falta, etc. pero si contagian a los demás, eventualmente se va a perder mucho más. Ya no hay tiempo de eso, si te sientes mal te aíslas 14 días y punto.

Las compras de pánico -me parece- que reflejan una total ausencia de sentido común. Comprar un poco más de lo habitual está bien, es precaución, pero dejar vacíos los estantes sin pensar en tu comunidad es irresponsable. Todos tenemos derecho a la prevención de la seguridad de nuestras familias. ¿Qué te hace mejor que el resto de las personas para acaparar productos? ¿Qué te da derecho a pensar solamente en ti? Este planeta nos pertenece a todos, recuerda eso.

Pienso que si actuamos con responsabilidad y sentido común, será mucho más fácil pasar esta prueba. Si no tienes que salir a la calle, quédate en casa, menos gente conviviendo es mejor por el momento.

¿Lo positivo que rescato de la situación? Mayor conciencia de la fragilidad de la salud y de la importancia de la educación, familias más unidas conviviendo -quieran o no- por más tiempo porque están juntos en casa, menos gastos inútiles porque no van a salir a distraerse para dejar pensar y un repunte en el sentido común.

Hemos salido de muchas situaciones y esta no será la excepción. Solamente hay que elevar los estándares de higiene, ser responsables y no entrar en pánico.

Pronto estaremos hablando de esto en pasado, como una referencia de algo que vivimos. Mientras tanto, seamos responsables por nuestras familias y por toda la humanidad. La vida es igual de valiosa para todos.

La importancia

De la actualización.

Cuando llevamos mucho tiempo desempeñando el mismo trabajo, se nos olvida que todo es mejorable, que siempre hay alguien que encuentra nuevas estrategias o caminos menos transitados para obtener los resultados que se buscan.

Esta nueva visión, puede llevar a los equipos de trabajo -y por ende a las empresas- a superar sus expectativas de productividad y desarrollo. Evolucionar desde dentro y fortalecerse mucho más de lo que imaginan.

Por eso es tan importante que le demos una oportunidad a la actualización personal y profesional, porque esto redundará en los sistemas de trabajo. Cuando escuchamos a los individuos con visiones distintas a las institucionales y evaluamos la posibilidad de adoptar y adaptar algunas de esas ideas, estamos cambiando.

Para muchos, el cambio asusta. Representa un retraso en el sistema, una pérdida de tiempo al tratar de «arreglar» algo que hasta ahora ha funcionado bien.

Para otros, es una oportunidad de encontrar nuevos caminos, de generar más en menos tiempo, de aprovechar más los recursos humanos y materiales y que todos los involucrados se sientan mejor -y se redescubran- en el proceso.

Para mí, la actualización es un juego de Ganar-Ganar todo el tiempo.

Refresca mi visión de las cosas, me abre nuevas posibilidades de acción, me acerca a personas que me ayudan a crecer personal y profesionalmente y sobre todo: Me reta a mí misma.

Exige que me sacuda las ideas ancladas con las que he trabajado durante cierto cierto tiempo y me mantiene en forma mentalmente.

La única constante en la vida es el cambio y hay dos caminos claros frente a nosotros:

Actualizarnos o quedarnos varados en el camino.

Y tú, ¿cómo ves tu futuro a corto y mediano plazo?

El desarrollo profesional.

Es responsabilidad de cada uno.

Foto: Pinterest
Foto: Pinterest

Lo primero es que nos pongamos de acuerdo en estos conceptos:

Cuando hablo de desarrollo profesional, me refiero a todo lo que sea útil para el crecimiento de un individuo en su profesión. Esto puede ser aprender un nuevo idioma, certificarse en algo, aprender algo de un área con la que colabora normalmente, a utilizar una nueva herramienta digital o incluso a manejar un nuevo tipo de transporte o de maquinaria. Todo depende a lo que cada uno nos dediquemos.

Y cuando hablo de responsabilidad, me gustaría que sea desde esta perspectiva positiva: «Capacidad de responder» porque lamentablemente, esta palabra es para muchas personas un peso enorme en su vida.

Puestos los conceptos sobre la mesa, pasemos a la acción.

Creo firmemente que el desarrollo profesional es responsabilidad de cada uno.

Si formas parte de una empresa y se ocupan por brindarte cursos o talleres para capacitarte o para actualizarte, es algo estupendo. Pero si eso no sucede, de ti depende seguir estudiando, aprendiendo y desarrollándote. Porque -en caso de que no te hayas dado cuenta- TÚ eres tu activo más importante.

Ahora bien, si eres emprendedor o freelance, con mayor razón eres responsable de tu desarrollo profesional, porque el barco que diriges es tuyo.

No, no estoy hablando de que inviertas miles de pesos en cursos extra, maestrías o certificaciones.  Si tienes las ganas de hacerlo y el capital para ello, genial. Si no es así, no pasa nada, siempre hay alternativas.

Y tampoco se trata de que sacrifiques tus horas de descanso estudiando como un loco. La vida es equilibrio. Recuérdalo.

Se trata de que estés consciente que nadie se puede actualizar por ti, que nadie puede saber lo que te hace falta aprender, porque el que está en la cancha eres tú.

Lo que para mí es vital en términos de formación profesional, posiblemente para ti sea algo irrelevante. Está bien. Somos individuos y aunque pudiéramos compartir profesión, nuestras áreas de desarrollo son distintas y por lo tanto nuestras necesidades también.

Busca alternativas en línea, compra libros, pide asesorías, ve a talleres… Haz lo que tengas que hacer, pero no te detengas. Eres el responsable de tu vida, de tu carrera, ¿por qué no dedicarle unos minutos a algo que te puede reportar ventajas o ganancias a mediano plazo?

Ya sea que se trate de mejorar lo que sabes o de empezar desde ceros, siempre hay alternativas para ello.

No esperes a que «alguien» más haga algo por ti. Piénsalo, ¿quién sería ese alguien? ¿por qué tendría que hacerlo? ¿a quién podría interesarle más que a ti que evoluciones?

Todo se puede compartir: los éxitos, los fracasos, las noches en vela, los festejos, las preocupaciones… Y sin embargo, el único que puede decidir qué hacer con su desarrollo profesional eres tú. Quien tiene esa responsabilidad eres tú y créeme, vale la pena asumirla.

Deseos 2020.

Para un mundo como el nuestro.

Estamos empezando un nuevo ciclo, ¡una nueva década! Y la primera semana del año siempre está llena de optimismo, de sueños, de ilusiones y de proyectos.

Eso está muy bien, el punto es que en la mayoría de los casos, se queda en eso: en una semana de entusiasmo que se va debilitando con los días y que pocas veces llega intacto a fin de mes.

El mundo nunca volverá a ser como lo conocimos algunos y los más jóvenes nunca lo conocerán así. Es normal, el tiempo pasa, las civilizaciones evolucionan y todo, absolutamente TODO cambia.

Así que pensando en eso, estos son los 12 deseos -y un pilón- de Suma de Talentos para este 2020 que va comenzando. Uno por mes, para que lo consideres como te quede mejor, como se vayan dando las cosas, como lo necesites, porque la vida es una sorpresa todos los días:

 Sé responsable.

De tus palabras, de tus acciones, de tu vida y de tus decisiones. Deja de echarle la culpa a cuanta persona o situación se te atraviese y asume de una vez que cada paso que das y cada cosa que haces o dices tiene efectos colaterales.

Ama intensamente.

Así, con todo lo que eres y con todo lo que tienes. Ama y no te preocupes por lo demás.

El amor se entrega o no. Se siente o no. Se vive o no.

No hay medias tintas, no hay condiciones, no hay intercambios. El amor ES y vale la pena entregarse a él. **Sí, aquí también aplica el concepto de responsabilidad.

Amar implica ser responsable de ti y del corazón de la persona a la que estás haciendo vibrar con tu amor.

Sé perseverante.

Uno no obtiene lo que desea. Uno obtiene lo que trabaja.

-Eugenio Derbez.  Cómo ser un latin lover-

Exacto. Cuando tienes un sueño, un proyecto, una ilusión o una meta, llámalo como quieras, lo único que puede llevarte al éxito es la perseverancia.

¡Momentos difíciles te van a sobrar! Y vas a llorar y a preguntarte mil veces si estás haciendo lo correcto o no. Vas a terminar en la lona y te vas a tener que levantar. Así es esto. El universo nos pone a prueba una y otra vez para asegurarse que eso que tanto deseas es real y no un capricho.

Los caprichos, si no se consiguen «de inmediato» pasan al olvido. Los deseos del corazón, pasan la prueba más fuerte e implacable que existe: el tiempo.

Sal de tu zona de confort.

Reinvéntate. Deja de decir una y otra vez que tal o cual cosa no son para ti. Hacer lo que ya sabemos es muy fácil, porque lo conocemos y lo dominamos, pero cuando hacemos cosas nuevas y descubrimos que también podemos, ¡ese es el impulso que necesitamos! Salir de la zona de confort a veces da miedo, ¡pero la adrenalina fluye igual con la emoción de lo nuevo!

Comprométete.

Contigo mismo, con tu familia, con tu pareja, con el amor de tu vida, con tus hijos, con Dios, con el universo, con tu país… con quien quieras, pero hazlo. El valor del compromiso    va más allá de decir promesas. Hay que cumplir con lo que se dice, pase lo que pase, porque tu palabra está de por medio.

Quizá te parezca que si alguien no cumple contigo, tú no tienes por qué cumplir con esa persona tampoco. Me permito diferir al respecto. El código de ética con el que cada uno vivimos es distinto y sin embargo, en cualquier parte del mundo, una persona que se compromete y cumple, logra el respeto de quienes lo rodean.

Fíjate objetivos.

Un objetivo nos da dirección. Es importante que sepas lo que quieres hacer, que tengas un plan. Eso te da un mapa general de lo pasos que debes seguir para llegar al objetivo planteado.

¿No sabes lo que quieres? No importa. Seguramente sabes lo que no quieres y eso es ya la mitad del camino. Revisa la lista de lo que no quieres y encontrarás por lo menos un par de objetivos claros en cualquier aspecto de tu vida.

Aférrate.

A la vida, al amor, a la familia, a los amigos, a Dios, a tus hijos, a tu pareja, a tus sueños, a tus proyectos, a tu carrera… ¡No los sueltes! Si tu corazón dice que eso es lo que quieres, ¡aférrate!

La vida no es desechable, las personas y los sentimientos  no lo son tampoco, así que no hay razón para hacer a un lado a todo y  a todos a las primeras de cambio.

Estudia.

Todo lo que quieras, todo lo que te gusta. ¡No importa la edad! Pregunta, compra libros -físicos o digitales- busca asesoría, toma cursos gratis en línea, si puedes paga otros presenciales, pero estudia. Todos los días, 30 minutos al menos. Eso te va a permitir estar actualizado y eventualmente te dará dividendos económicos y emocionales.

Sueña.

Date la oportunidad de crear en tu mente todo lo que quieres tener y lograr. Y cuando hayas diseñado el sueño perfecto, pásalo a papel -o a digital- y planifica.

Un sueño es un plan y los planes tienen pasos. Así de simple.

Si lo puedes soñar, lo puedes lograr.

-Walt Disney-

Hazlo.

No importa que no quede perfecto, no importa que necesite mil correcciones, que no sea tal como lo imaginaste.

Es preferible que sea real y perfectible, a que sea perfecto e irreal.

Solo hazlo. Ya. ¡Hazlo!

Analiza.

Piensa lo que vas a hacer, ¿recuerdas los puntos de ser responsable y comprometerte? Pues hay que considerarlos cuando hagas un análisis de las decisiones que vas a tomar. Escucha a tus miedos y evalúa si son miedos a algo real que puede ponerte en peligro o si son miedos imaginarios porque estás saliendo de tu zona de confort.

Perdona. Perdónate.

La vida es una lección constante y si algo no salió bien, si te equivocaste, si hiciste o dijiste algo mal, perdónate a ti mismo. Perdona a quien te lastimó, a quien te falló. Es tan humano como tú y no puedes instalarte en plan de juez, porque eres el primero que va a pasar a juicio.

Tú haz lo que consideres correcto.

Todos tienen una opinión de lo que «debe ser» en la vida sentimental, en la profesión, en el trabajo, en la familia, en en amor y en la pareja, en la crianza de los hijos…

El punto es que nadie es igual a nadie. Cada situación es diferente porque todos lo somos. Tu mamá no puede entender lo que es tener tu edad y vivir lo que estás viviendo, porque a tu edad ella estaba viviendo otra realidad en un momento histórico distinto.

Tus amigas no pueden decirte cómo debe ser la relación con tu pareja, porque cada una ha hecho lo que ha podido y lo que ha querido con sus respectivas parejas. No hay manuales, no hay generalidades, no ha indicadores de nada. «Si dice tal cosa o si no hace tal cosa, es que no te quiere» Mentira. Cada pareja es como una huella digital. Si las miras a simple vista, se parecen todas. No es así. Cada una es distinta y única.

Tu jefe o tu profesor no puede decirte que no sirves para tal cosa o que no tienes talento. Es su opinión -muy respetable- con base en lo que sabe, en lo que conoce. Pero nada más. No lo sabe todo, porque no lo ha vivido todo, no lo conoce todo. Es un humano más con experiencia en ciertas áreas, no es Zeus y esto no es el Olimpo. Escucha a tu corazón, haz esfuerzos extra, encuentra tu camino y lucha por ti, por tus sueños.

Nadie puede decirte cómo vivir, qué estudiar, cómo sentir…

Confía en ti, en tu intuición, en tus experiencias y disfruta tu vida. De eso se trata cada día, de tomarlo como lo que es: Una nueva oportunidad.

¡Feliz 2020!

Philly’s.

Un delicioso rincón de Philadelphia en la CDMX.

La vida está llena de oportunidades, todos los días, todo el tiempo.

A veces las vemos y otras no. Todo depende del momento de vida en el que nos encontramos.

Y cuando las vemos y nos subimos a ese tren, no hay forma de saber lo que nos depara el destino. ¡Ahí comienza la aventura! Días buenos y otros llenos de retos nos van forjando el carácter y casi sin darnos cuenta, nos vamos convirtiendo en esos role models que alguna vez admiramos: fuertes, seguros, decididos y con experiencia.

Ale y Javi vieron una oportunidad y la tomaron. Ese tren se llama Philly’s y es así, con ellos, como le damos la bienvenida al 2020.

ST: ¿Cómo y cuándo nace la idea de crear Philly’s? Cuéntanos la historia

AV: Javi, socio y chef de Philly’s, estaba en Philadelphia trabajando en un restaurante preparando nuestra especialidad: el Philly Cheesesteak, es ahí donde se hace experto en este platillo y tiene la gran idea de traerlo a la CDMX.

Por otro lado yo estaba buscando un socio, tenía varias ideas pero no sabía cuál ejecutar. Días antes de que Javi regresara, tuvimos una llamada, entre otras cosas platicamos de nuestros planes, hicimos  un research y descubrimos que en la CDMX, no había un lugar en dónde el Philly Cheesesteak fuera la especialidad. Es aquí donde las ideas de Javi y las mías empiezan a aterrizar.

Javi llegó a México en abril  y en julio del 2019 Philly’s abrió sus puertas al público.

Javi está a cargo de la operación de Philly’s y yo me encargo del marketing.

ST: Todos los negocios tienen cientos de anécdotas cuando están planeando la apertura y después también, cuando acaban de inaugurar o ya están en pleno funcionamiento. ¿Hay alguna anécdota en particular que recuerdes y quieras compartir con nosotros?

AV: ¡Tenemos muchas! Hemos vivido ocho meses intensos desde que Javi llegó, pero me gustaría platicarles una en particular. La primera reunión que tuvimos Javi y yo en la CDMX fue en un restaurante en la colonia Cuauhtémoc, este restaurante tiene alrededor de 300m2, entre otras cosas platicábamos y soñábamos con tener un local de tamaño parecido, con un equipo de más de 20 personas. Cuando empezamos a buscar un local con esas condiciones en la zona, conocimos “el guante”: Pago de derechos de oferta por un local. Este pago inicial se llevaba toda la inversión ¡y no incluía nada!, ni una silla. Replanteamos lo que en marketing conocemos como punto de venta, hicimos una lluvia de ideas y llegamos a la conclusión que de lo que funcionaba para nuestro negocio era un local chiquito (30 m2), donde cupiera una cocina, unas cuantas mesas y una barra. La zona seguía siendo la misma ya que nuestra apuesta sería para Apps de Delivery.

ST: Háblanos un poco del Chef de Philly’s, leí que es experto en Philly cheesesteaks

AV: Javi es socio y el Chef de Philly’s, él es ingeniero y estuvo cinco años en la ciudad de Philadelphia preparado Philly’s, lo que lo convirtió en un experto. Regresó a México en abril del año pasado (2019) para cumplir su sueño aquí en la Ciudad de México.

ST: Vamos al menú, ¿qué delicias podemos encontrar aquí además del Philly cheesesteak?

AV: En Philly’s puedes encontrar Philly cheesesteak que es nuestra especialidad, hamburguesas, alitas y deliciosas papas a la francesa.

Philly Cheesesteak

Un típico sándwich de la ciudad de Philadelphia, son como los tacos de esta ciudad. En Philly’s tenemos 3 variables, el Philly Original que lleva carne marinada al estilo Filadelfia, champiñones y cebollas caramelizadas y queso cheddar fundido, tenemos una opción que lleva chorizo y otra que lleva pollo, todos nuestros Phillies van acompañados de deliciosas papas a la francesa hechas en casa las cuales puedes dipear en nuestra Spicy ketchup y Chipotle Mayo, aderezos preparados por el chef.

Hamburguesas y alitas.

Además tenemos hamburguesas y deliciosas alitas, ideales para compartir, las salsas de nuestras alitas son hechas en casa también.

Nuestro pan

Nuestro pan, es uno de los distintivos del lugar, es artesanal hecho a base de papa deshidratada.

Bebidas

100% naturales

De beber puedes encontrar nuestras all-natural lemonade de temporada, cada que hay cambio de temporada, cambiamos los sabores ya que están hechas de frutas de estacionalidad. En este fin de año tenemos 2 sabores, de mandarina, manzana y canela y la segunda de pepino, menta y naranja. 

Postres

Al igual que las bebidas nuestros postres son de temporada, actualmente tenemos un pie de limón, en enero tendremos una segunda opción de postre con chocolate.

Lo que viene.

Para arrancar este 2020 la familia de los Phillies crece, se une el veganos con chorizo de soya y el vegetariano. Estamos seguros que les va a encantar. Stay tuned!

Adicional

En Philly’s todos los alimentos son frescos, nada se congela, de hecho no tenemos congelador.

ST: Ubicación, horarios, ¿hay servicio a domicilio? ¿Pick-up? dinos todo lo que necesiten saber nuestros lectores.

AV: Estamos ubicados en Río Pánuco 208, a dos cuadras de la Diana Cazadora en la CDMX.

Servicio a domicilio tenemos a través de las Apps Uber Eats, Rappi, Didi food y Sin Delantal.

También tenemos la opción de pick up, llamando al 55 8848 2486 y recogiendo en Río Pánuco 208.

Para las dos últimas opciones tenemos empaques de cartón 100% ecológicos.

Nuestro horario es el siguiente:

Lunes y martes de 11:00 – 18:30

Miércoles, jueves y viernes de 11:00 – 21:30 

Sábados de 12:00- 17:30

Domingos descansamos.

ST: ¿Qué consejos le darías a los jóvenes que quieren emprender?

AV: Nunca dejes de soñar.

Se flexible, adáptate y ten la mente abierta, nos gusta mucho este quote. “La mente es como un paracaídas, si no se abre no sirve”.  

No te preocupes por cometer errores, cometidos, admítelos, aprende de ellos, ve al siguiente paso y sigue creciendo. 

Disfruta y agradece el camino ;).

ST: ¿Algo más que nos quieras decir?

AV: Sígannos en redes sociales y los esperamos pronto en Philly’s

IG:phillys.mx

FB: Philly’s

www.phillys.mx

La belleza de lo invisible y la magia de los intangibles.

Museo Franz Mayer.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Aprendí a amar los museos de la mano de mi mamá. Artista plástica empírica, con un talento natural para la pintura y una pasión por el aprendizaje, sembró en mí esta semilla del conocimiento que sigue echando raíces cada vez más profundas.

Cuando me siento «abrumada» y necesito «pensar» con calma, mi refugio es el museo. Ese espacio que me garantiza lo que mi alma necesita: silencio, espacios con perspectivas nuevas y todo el tiempo que quiera para contemplar una obra sin ver el reloj.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Me trajo al Franz Mayer la exposición de «Invisible. Diseño en vidrio». Y en el proceso descubrí «Intangibles. Una experiencia digital de la colección de arte de telefónica»

Intangibles te brinda la oportunidad de interactuar con el arte, de entrar -literalmente- con realidad aumentada a una obra de Paul Delvaux y vivirla.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Los detalles y el movimiento dentro de la obra son indescriptibles. Literalmente mágicos. Igual que lo es darle vida a una obra de Magritte.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

El arte y la tecnología se integran de tal forma que no hay espacios, no hay pausas. Y uno se sumerge en ese universo en un segundo.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Invisible es una experiencia completamente distinta. Es vivir el asombro de lo que somos capaces los seres humanos y crear piezas tan hermosas con las manos.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

El vidrio es un material enigmático. Sólido, cortante y transparente. Resistente y preciso y aún así tan delicado y frágil que inspira temor y respeto, el vidrio puede materializar el más dispar universo de formas y usos.

-Emiliano Godoy. Curador-

Cada pieza es perfecta, al punto de que el acceso a cada sala te quita el aliento y te hace preguntarte: «¿En dónde he estado que no había visto estas maravillas?»

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Foto: Suma de Talentos. Tomada en el Museo Franz Mayer.

Me quedo con esta emoción de apreciar el talento de tantas personas en lo invisible y creer con más fuerza que antes en los intangibles.

Son dos exposiciones absolutamente recomendables e imperdibles.